A partir de 1859, numerosos fueron los hombres que empezaron a ver en la cocaína un negocio. En ese año, el químico alemán , Albert Nieman, extrajo de la hoja de coca el alcaloide metil-benzoil-ecgonina y lo llamó cocaína. Posteriormente, en 1863, el químico y comerciante italo-francés Angelo Mariani, mezcló vino de Burdeos con extractos de la hoja de coca, produciendo un vino que fue reconocido durante más de 20 años como una excelente bebida tonificante para el cuerpo y el cerebro. Hacia 1890 existían ya numerosas bebidas con extractos de coca, entre ellas, los licores Mariani y el French Wine of Coca.
Mientras el uso y abuso de la cocaína se hacía cada vez mayor, el médico austriaco Karl Koller, a sugerencia de Sigmund Freud, practicó por primera vez la anestesia local en oftalmología (1882), mientras que Freud la utilizó como terapia para curar la tristeza, aumentar la libido y curar la adicción a la morfina. El propio doctor, la consumió durante doce años y describió su experiencia en una obra titula Uber coca, según él, la utilizaba “para destrabar la lengua”.