El duelo

El término duelo tiene dos acepciones principales: enfrentamiento (del latín duellum) y dolor (del latín dolus) 

El duelo es una reacción normal que aparece tras la pérdida de un ser querido, de un ideal o de un proyecto. Es decir, el duelo aparece cuando consideramos que hemos perdido algo que es importante para nosotros.

En este post voy a hablar de la reacción de duelo por la pérdida de una persona significativa. Lo primero, es señalar que la experiencia de duelo es única y singular. Todos reaccionamos de forma diferente ante la muerte, y utilizamos nuestros propios recursos para sobrellevar el dolor que esta conlleva.

En el duelo desaparece la relación con el otro y esto rompe el contacto con uno mismo. Aparece una experiencia de fragmentación, de ruptura de la identidad producida por la ruptura del vínculo con el otro. Pueden surgir preguntas existenciales como ¿Quién soy yo ahora que ha muerto? ¿Cómo será mi vida sin él/ella? Por lo tanto, el duelo se convierte un proceso que implica una readaptación y una reconstrucción de nuestro propio mundo interno y de nuestra identidad.

La desaparición de un ser que ha sido significativo en nuestras vidas nos produce un intenso dolor y un gran vacío. Toda la energía está puesta en soportar la pérdida. El yo se paraliza y el deseo se detiene. Con el paso del tiempo, el malestar va disminuyendo y la persona se va reconstituyendo pudiendo seguir con su vida, con sus deseos, proyectos e ilusiones. Eso sí, ese algo que se ha ido siempre deja un rastro, una huella que nada ni nadie podrá borrar.

MODELOS DEL DUELO

El duelo es un proceso que se desarrolla a lo largo del tiempo y aunque es una experiencia individual que cada persona vive de una manera, presenta unos rasgos comunes. Los modelos explicativos más conocidos en la actualidad son los modelos de fases o etapas y los modelos de tareas y procesos.

Los primeros, dan una importancia casi única al proceso emocional. Estos modelos contemplan el duelo como un proceso lineal en el que se van sucediendo las etapas. El modelo más representativo es que formuló la Dra E. Kubler-Ross, en el que propuso que todas las personas atraviesan las siguientes fases: negación, ira, negociación, depresión y aceptación de la pérdida

Los segundos, enfatizan en el papel activo del sujeto. Este enfoque es más próximo al concepto de trabajo de Freud, en el que el sujeto debe hacer algo para poder superar la pérdida. Entienden el duelo como un proceso natural, muy personal, en el que el doliente se responsabiliza de su propio proceso. W. Worden, uno de los autores más conocidos en el tratamiento del duelo, propone IV tareas  que el sujeto debe realizar;

    • Aceptar la realidad de la pérdida
    • Experimentar el dolor del duelo
    • Ajustarse a un ambiente donde el fallecido no está
    • Recolocar al fallecido emocionalmente y seguir con la vida
 

Autores más contemporáneos hablan de una última tarea necesaria para completar el proceso, para ellos seguramente la más importante, que es la del crecimiento y transformación personal.

DUELO: ENFRENTAMIENTO Y DOLOR

El duelo es una experiencia inevitable por la que todos pasamos en más de una ocasión. Para algunas personas puede convertirse en una travesía hacia la transformación, lo que conlleva cambios personales positivos, mientras que para otros puede llegar a suponer la ruptura de su identidad y del sentido de la existencia. Es importante prestar atención a este proceso y a las emociones que van apareciendo. Para que se pueda elaborar el duelo es necesaria la presencia de un otro. Como hemos visto, en el duelo se produce una ruptura del vínculo, y por lo tanto, solo podrá sanarse en contacto con otro.