El Niño. Un Semejante Diferente

Consultar por un hijo conlleva generalmente una difícil decisión para los padres, porque implica que hay algo que no está bien y no depende exclusivamente de ellos. Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta es que el Niño no puede ser tratado del mismo modo que el adulto. En terapia, los dibujos y el juego tendrán un valor especial, la intervención no se limita a la palabra.

  •  Los dibujos son una forma de expresión; se trata de un lenguaje propio del niño que representa aquello que vive.
  • Para que una acción tenga carácter de juego, tiene que estar ligada al placer. Pero el juego no se opone a la seriedad, sino a la realidad. A través del juego el niño puede dominar aquello que no puede controlar, adueñándose de la situación.

 

Los padres ocupan un lugar muy importante en el tratamiento. Para comprender al niño es necesario considerar su historia (la del niño) y su prehistoria (la de los padres). Debemos tener en cuenta que los padres son para el niño su mundo; o lo que es lo mismo, la realidad del pequeño es la realidad  de aquellos que le alimentan y le cuidan.

EL CONTEXTO

 

Aquello que se espera de los niños, lo que se considera sano o patológico, lo que se les propone como ideal, será diferente en función del contexto . Muchos parámetros han variado a un ritmo vertiginoso en las últimas décadas. La idea misma del niño se ha modificado. Lo que se le exige, lo que se espera de él, lo que se supone normal en un niño en España es muy distinto que en la India o en Marruecos. En la época actual, una sociedad en permanente cambio, digital , en la que se idealiza el éxito, el consumo, el poder y la imagen ¿Qué lugar pueden ocupar los niños?

EL DIAGNÓSTICO

Cuando hablamos de diagnóstico, según el modelo médico, nos referimos a la capacidad de distinguir los signos y síntomas que permiten identificar una enfermedad. Quizá la diferencia fundamental entre el diagnóstico infantil y el adulto está en la  estructura  de personalidad, que en el Niño terminará de formarse al final de la adolescencia. Por lo tanto, el diagnóstico infantil tendrá un carácter provisional en el que se tendrá en cuenta el cambio y aprendizaje del niño durante su crecimiento

Conclusión

El niño es un ser maleable, en continuo desarrollo, en el que la familia es su centro de referencia. Para entender al niño es necesario conocer sus modelos familiares, lo que implica la participación de los padres y de su entorno. 

Para saber que le ocurre al niño hay que darle la palabra; para que pueda manifestar sus angustias y conflictos. Pero eso no implica clasificarlo ni catalogarlo por su problemática. Es Debemos poner en duda cualquier diagnóstico limitante; ya que todo niño tiene posibilidades impensadas. Cada niño tiene sus tiempos y sus ritmos. El crecimiento no es homogéneo ni simultáneo, es necesario NO PATOLOGIZAR la infancia.

Un niño puede presentar mal comportamiento, tener un bajo rendimiento académico, no prestar atención en clase, ser desordenado, etc. Pero eso no significa que el niño sea ¨malo¨, ¨tonto¨, tenga un trastorno por déficit de atención con hiperactividad¨ o sea un ¨desastre¨. Estos adjetivos a veces se convierten en ¨etiquetas¨ con las que el niño se identifica y con las que los otros niños, padres o profesores le denominan. Debemos prestar atención a lo que los niños nos están diciendo con esas actitudes, porque muchas veces son llamadas o gritos con los que nos tratan de decir algo. Si piensas que tu hijo puede tener algún problema, no dudes en consultar, ten presente que el futuro es una HISTORIA A CONSTRUIR.