A finales de los años sesenta, se empieza a entender la ansiedad como un patrón de conducta caracterizado por sentimientos subjetivos de tensión, cogniciones y activación fisiológica como respuesta a estímulos internos, cognitivos o somáticos, y externos, ambientales (Franks, 1969). Se trata, por tanto, de un constructo multidimensional compuesto por tres componentes (motor, cognitivo y fisiológico), los cuales interactúan entre sí.
Existen casi tantas definiciones de la ansiedad como modelos teóricos donde encuadrarlas, pero todas las teorías comparten que se trata de una respuesta emocional compleja, adaptativa y fenomenológicamente pluridimensional.