Entendemos la estructura de personalidad como una organización relativamente estable de los procesos mentales de la persona. En función de la historia de cada sujeto y de su carga genética se configura una organización única a le damos el nombre de personalidad.
Freud, en Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis (1932) establece una correspondencia entre el mundo físico y el psicológico. Con su metáfora del cristal, intenta dar una explicación de la estructura de personalidad. “Si arrojamos un cristal al suelo se hace añicos, pero no caprichosamente, sino que se fragmenta siguiendo líneas de escisión cuyo deslinde, aunque invisible, estaba comandado ya por la estructura del cristal.”