¨Un monstruo viene a verme¨ Un film terapéutico

Basada en la novela homónima de Patrick Ness, Bayona vuelve a dar especial importancia a las relaciones materno-filiares, como ya realizó en las anteriores superproducciones como en ¨Lo Imposible¨y ¨El Orfanato¨.

La historia gira en torno a un niño de 12 años (Conor) que es demasiado joven para ser adulto y demasiado mayor para ser un niño; no por la edad, sino por los acontecimientos que tienen lugar a su alrededor. 

La madre de Conor tiene cáncer, su padre está ausente y la abuela materna es demasiado autoritaria para mostrar empatía hacia él. Además de los problemas familiares y personales, en el colegio no está adaptado y sufre continuos ataques por parte de sus compañeros; ¿alguna situación más se puede añadir a la vida de este chaval.

¨Un monstruo viene a verme¨ demuestra la gran profundidad psicológica que se encuentra detrás de este film; a priori fantástico, pero que trata aspectos relacionados con nuestro día a día como son las relaciones familiares, la enfermedad, la culpa, el miedo, la rabia, la tristeza, el duelo y la soledad.

El Monstruo ¿Fantasía o Realidad?

En la base de la historia se encuentran tres puntos cruciales;

  • La NO ACEPTACIÓN de la enfermedad de su madre.
  • La CULPABILIDAD por los sentimientos ambivalentes que presenta.
  • El CASTIGO que busca de manera inconsciente por sentir esas emociones.
 

Aquello que no sale a nivel consciente tiene que ser gestionado inconscientemente, y es ahí donde nace el ¨Monstruo¨, un monstruo reflexivo y sabio que va a ayudar al protagonista a;

  • MANEJAR sus emociones (especialmente la rabia y el miedo).
  • ACEPTAR una realidad que intenta negar (hasta tal punto que él se hace invisible).
  • TOLERAR la incertidumbre.
  • CREER en él, tener FE es la mitad de la curación. La persona como principal agente terapéutico del cambio.

El Monstruo tiene el poder curativo para Conor, un monstruo creado desde su interior a través de la fantasía, la imaginación y el papel. Nuestro protagonista hizo real al ¨Monstruo¨, le dio forma y voz. Ya no sólo era producto de su imaginación; estaba ahí, en su habitación, en la escuela. Le ayudaba, le aconsejaba, le permitía sentirse acompañado; se convirtió en su mejor aliado.

La verdad

Bayona en una entrevista señala; ¨hay que ser muy valiente para decir la verdad¨, una verdad muy dolorosa.

¨La verdad¨ está presente durante toda la película; una verdad que pide a gritos salir a la luz, pero que solo será posible una vez que Conor pueda procesarlo. Un juego desgastador entre el YO inconsciente y el YO consciente, que finalmente permitirá a Conor descansar tras verbalizar esa verdad oculta.

Cuando tratamos con niños, hay que contarles lo que sucede, a su nivel de comprensión y con la debida sutileza; porque la falta de información hace que el niño se cree sus propias fantasías y esto puede traer consecuencias negativas en su desarrollo emocional.

La culpa y el castigo

Varias veces en la película el niño pregunta que si lo van a castigar; pero ante su sorpresa, sus mayores le perdonan. Conor se siente culpable y, al hacerlo, se expone a que su acosador le pegue, busca activamente ser castigado; «solté a mi madre y merezco que me castiguen».

Cuando la película acaba se escucha un gran silencio; algunos con el pañuelo en mano, otros mirando al infinito,… Una historia contada por un niño pero en la que cada persona puede proyectar su propia vivencia; quién no ha pasado por un proceso de pérdida o quién no se ha visto alguna vez superado por sus propias emociones? SOLEDAD, RABIA, TRISTEZA, MIEDO, …..

Se trata de una gran historia que nos pone de manifiesto que es necesario afrontar la realidad. Que la verdad, por dolorosa que sea, hay que aceptarla. Y que los sueños, las fantasías y el arte pueden servir como vías terapéuticas para procesar lo que aún no puede ser dicho.