Algunos hablan de la nueva normalidad, otros rechazan esta palabra. Y, aunque nos duela, el mundo ha cambiado, y nosotros con él. Y este cambio impuesto, del que no podemos escapar, supone una reacción emocional, más o menos intensa, en la que pueden surgir emociones como la tristeza, el enfado, la frustración, el miedo, la angustia o el pánico.