La histeria no puede ser definida, porque es cambiante, como decía Sydemhan. Tanto, que en nuestra época este concepto ha desaparecido de la categorías diagnósticas y se ha diluido en la depresión, anorexia, fibromialgia, fatiga crónica, trastorno por dolor, facticio o histriónico de personalidad entre otros.
El psicoanálisis está íntimamente ligado a la histeria. Freud sentó las bases gracias a sus pacientes histéricas. Identificó la represión como mecanismo principal de la histeria, junto con el desplazamiento y la evitación. En el síntoma histérico existe una representación de contenidos con un valor simbólico que normalmente implican al cuerpo.